Breviarios Valmorenses: N° 1 "El Pensamiento Marsupial"
- Egli Dorantes
- Apr 29, 2015
- 6 min read

Érase una vez, en el país de Alifbay, una ciudad triste, la más triste de las
ciudades, una ciudad tan míseramente triste que hasta había olvidado su nombre.
Estaba junto a un mar lúgubre lleno de peces taciturnos que tenían un sabor tan
insípido que te hacían eructar de melancolía aunque el cielo estuviera azul.
Salman Rushdie
Ante todo introduzco una analogía necesaria, en honor la marsupiarología. Los marsupiales son animales vivíparos, con un periodo de gestación muy corto (de 10 a 14 días) y no poseen verdadera placenta. Las crías nacen en un estado de desarrollo muy primitivo y lo complementan en la bolsa ventral o marsupio. En la primera fase, las crías viven agarradas a los pezones y luego libres en el marsupio. En algunas especies el marsupio falta y entonces la madre suele transportar a las crías durante mucho tiempo sobre el dorso.
El aparato genital es característico, con un útero doble y un pene a veces bífido con un escroto extraabdominal. Se caracterizan también por tener una sola dentición. El tipo de alimentación es muy variado dentro del grupo, ya que se encuentran tanto especies de hábitos omnívoros, como herbívoros e incluso carnívoros (insectos, aves y mamíferos). La mayoría de las especies de metaterios habitan en Australia, islas de la Polinesia y Molucas, y solamente unas pocas en América del Sur.
Durante el cretácico eran los mamíferos predominantes en todos los continentes; en el Eoceno fueron sustituidos por los mamíferos actuales (placentados). Pero, al quedar Australia separada del resto de los continentes y no existir competencia con los mamíferos placentados. Representantes característicos son el canguro, la zarigüeya, el lobo marsupial, el koala, el opósum y nuestro desconocido más querido, el demonio de Tasmania.
Expertos como somos en imaginar, pensemos en un cerebro-marsupial, madurando en una bolsa mientras rumia sinapsis bipolares y se inventa fórmulas para la adquisición del lenguaje. Este ejercicio es propicio para generar al menos electroquímicamente energía. El cuerpo humano es una maquina impresionante con alrededor de 50 trillones de células con funcionalidades increíbles. La revista Reader’s Digest y otras fuentes han recopilado distintas cuentas y estadísticas asociadas a nuestro cuerpo humano que son bastante sorprendentes.
Apuntemos algunas de ellas:
Cada riñón del cuerpo tiene más de un millón de filtros individuales que procesan un promedio de 1.3 litros de sangre por minuto y expulsan alrededor de 1.4 litros de orina al día.
Los pulmones contienen sobre 300 mil millones de capilares que si se unieran en una sola línea esta se extendería por 2,400 kilómetros.
Los huesos del cuerpo humano son tan fuertes como el granito para soportar peso. Un bloque de hueso del tamaño de una caja de fósforos puede soportar 9 toneladas que es 4 veces lo que un bloque de concreto del mismo tamaño puede soportar.
El calor combinado que genera un cuerpo humano en 30 minutos es suficiente para hervir 2 litros de agua
A una célula del cuerpo le toma 60 segundos hacer un ciclo completo del cuerpo.
Una muestra de piel del tamaño de una estampilla de la circuncisión de un bebe se puede hacer crecer en 21 días, en un laboratorio, de manera de cubrir 3 canchas de basketball.
Los músculos del ojo que nos ayudan a enfocar se mueven alrededor de 100,000 veces al día. El equivalente para los músculos de las piernas sería caminar 80 km en un día.
En promedio. una persona durante su vida produce suficiente saliva para llenar dos piscinas.
El 80% de nuestro cerebro es básicamente agua.
El cerebro humano consume el 20% de nuestro oxígeno e ingesta calórica.
El promedio de vida de un cabello humano está entre 3 y 7 años.
La velocidad de salida de un estornudo puede superar los 160 kilómetros por hora.
Casi la mitad de los huesos del cuerpo están repartidos entre las manos y los pies.
Un humano promedio puede sobrevivir 20 días sin comer pero solo 2 sin tomar líquido.
Un humano promedio desecha alrededor de 18 kilogramos de piel durante su vida.
Una empresa realmente sorprendente. Descuidada, marginada, sobreabusada y sin mantenimiento preventivo en el más de los casos. Todo lo anterior justificado por un enorme salto hacia el centro de nuestro primer breviario en este espacio, que sin lugar a dudas surge como la experiencia sin retorno de poder contar hace una tres décadas de los Breviarios del Fondo de Cultura Económica; desdichadamente saqueados unos y quemados otros, en la casa 42-A del campo Progreso, ahora Urbanización –no entiendo por qué, si nos remitimos al libro de Lewis Munford Historia de las ciudades-, pero al fin y al cabo esta es una manera de sacar un tanto esa rabia que morirá conmigo por los libros quemados y los saqueados por algunas personas que los tomaron de la biblioteca, al menos sé quiénes fueron, no fue mucho lo que los aprovecharon.
En cuanto al título, confieso que quiero escribir por esta vía, textos realmente revistidos de mucho humor, porque ya la vida es bastante formulismo; sobre todo en las comunidades petroleras donde ‘comunicar’, es otra cosa, como lo definía Carlos Castilla del Pino: incomunicación. Escribir de esta manera se puede ser más libre, menos ortodoxo en el uso de teorías y podemos ser más claros al plantear una idea, para sentir que la comprensión será mayor.
Un cerebro-marsupial, es algo así como una suerte de órgano bineural; es decir, no apto para realizar las cosas apuntadas más arriba. Quiere ser racional pero no puede, desea pensar pero no puede, quiere ser auténtico pero depende casi totalmente de otro para poder ejecutar; está prácticamente prisionero en su bolsa particular. Por sí sólo no puede ser enjambre, es ciertamente un canguro disminuido potencialmente en su bolsa: es un ‘bolsa’ dentro de una bolsa. Irremisiblemente, el producto de su desvaloración como valor de uso, frente a la radical agregación de valor de cambio, o sea, como joderte sin joderte, te matas como chacumbele, pero a la final eres feliz porque te autoaniquilas, no sientes el acero sino la puñalada trampera que sustituye hoy la bala, más económica y elegante.
Para no parecer un ineluctable pesimista, repito unas palabras de Al-Rubaiai: “Soy el soñador escupido por las riberas de las experiencias y los recuerdos y tus ojos son dos soles calientes que vierten sus rayos sobre mi congestionado cráneo”. Por supuesto esta primera entrega es un tanto es algo larga en su contenido, para más o menos definir eso que llaman estilo, pero no enchurruscado alrededor de la palabra como un trapo exclusivo de la aristocracia intelectual, soy de Carora y gozo un mundo con la conversa con los más viejo como lo hacía con “Aguicate”, “Chimo”, “Petra León”, Chevio Meléndez, pues en ellos no existió jamás una semántica preconsciente, producto de huellas sígnicas arbitrarias, esa preternaturalidad del sapiens sapiens, va más allá de las reglas de la sacrosanta academia que en ocasiones impurifica más el lenguaje que cualquier ciudadanoparlante nuestro.
Diógenes decía en este argot ya anunciado, que lo ladrones grandes llevan al ladrón pequeño frente a la justicia. Una vez conversando con Caifás -otro, por supuesto- decía que Judas y Maquiavelo son los seres más repudiados del mundo, y uno mira en chiquitico, lo injusto de ese criterio: Judas hizo que la profecía se cumpliera, ese era su cometido en la vida y el Príncipe es el culpable de no hacer, lo que Maquiavelo le había escrito, lo cual ciertamente obedece a una estructura política casi tan perfecta como Dios por qué la ilustre Academia acepta lo maquiavélico. Algunos ha dicho que significa "magia horrorosa" esos debían estar presos. Macchiavelli es un apellido, y es absurdo el proceso de etimología que se algunos quisieron emprender en la historia. Él sencillamente trató de dar al destinatario de la obra algunas premisas sobre la difícil gesta de gobernar a un pueblo, balanceando las dos naturas del gobernador (la templada y la despiadada) según los cambios de la “Suerte”. Jamás se acercó al asunto moral.
Encuentro mucha justicia en una sentencia de Sir Bertrand Russell: “No son los argumentos sino las emociones las que hacen creer en la vida futura”. Si no fuese así, estaría ocioso –que también es un derecho- pero permanente, porque hay oficios de finalidades muy nobles, pero absolutamente invisibles para muchos. Si uno estuviese en una garita de 7 metros de alto, a la entrada del pueblo, muchos dirían ni de vaina quiero ese cargo, en justos términos, ese oficio tan antiguo y tan digno como el de panadero.
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