Breviarios Valmorenses: N° 2 "El liderazgo y Benito Bodoque"
- Egli Dorantes
- May 4, 2015
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“Los políticos son siempre lo mismo.
Prometen construir un puente aunque no haya río”
Nikita Khruschez, 1960
Decía en cierta ocasión Benito: “Nos dejaron como La Magnífica: ¡sin cosa alguna!”, muy aplicable amigos al saqueo de una nevera perpetrado hace un mes en Pollo Pinto que no Gallo Pinto, al decir del poeta Alí. O, en su defecto, al gran poeta Dioby –que uno no puede cometer la imprudencia de sentirlo como un poeta mayor, porque su insania mental justificaba la una excusa muy válida para los entendidos en la sacra materia poética, de exilarlo al carajo. Sin la dádiva de un inspector ardilla que pudiera lanzar su grito de guerra: “El inspector y su cuate… ¡al rescate!”, aludiendo a su fiel pareja Moroco Topo.
Si mucha gente ha perdido el rostro. Lo dijo con increíble propiedad Khalil Gibran: ¿Dónde puedo encontrar un hombre gobernado por la razón y no por los hábitos y los deseos? De igual manera Diógenes Laercio y su lámpara prendida durante el día, buscando hombres honestos. Como puede apreciarse, Benito nos maravilla en los predios del inspector Matute y por supuesto de Don Gato. Cucho y Demóstenes ya aproximaran luego al ruedo para las distinciones respectivas.
El político de hoy tiene mucha relación con el pulpo Manotas, como la vida misma. El líder, palabra inglesa que deriva de lead (guía), compuesta a su vez por el verbo to lead (dirigir, ir adelante), ésta a su vez tiene una raíz germánica relacionada con el danés Leiden. Por otro lado, está presente el sufijo “er” (agente de la acción; como en teacher, póster, catcher.
Dicho de manera directa, el líder es un factor vital para el impulso de sus seguidores y en líneas generales de las estrategias y las tácticas destinadas a optimar las variables correspondientes sobre los actores, las operaciones, medios estratégicos, el tiempo y justamente el momento crítico de la confrontación. Por eso existen líderes que fungen como Francisco Encrucijada ante el Pancho Marginal, que forma parte de su exclusiva manada.
Francisco encrucijada como líder, no ve en sus seguidores impostergables activadores de su potencial convocatoria de voto. Pero que ocurre con este Francisco Encrucijada, arrastra una lectura inapropiada de la realidad; pero por qué no corrige su actuación, bueno hay muchos factores que no se lo permiten y uno de esos factores, es el mismo. Asume posturas confusas, cuando tiene escenarios malos busca generar más objetivos que activar, cuando requiere sólo de uno puntual y cuando el escenario es bueno, no resuelve todos los objetivos que pudiera plantearse. Tampoco comprende que una estrategia es un lidiar permanente con la incertidumbre, con sujetos claramente identificables. No reconoce que sólo la estrategia incursiona en la construcción del futuro. La democracia es eso, un juego serio que involucra y compromete cooperación y oposición, frente a cualquier proceso electoral. Ese metajuego cooperativo con sus seguidores le permitiría ver cómo están las tensiones conflictivas hacia adentro de la organización política, para medir qué problemas confrontan y como están las relaciones de fuerza entre vencedores y vencidos.
Hay líderes que son el tamarindo de tres pepas, la “pepa” del queso, que por ser líderes, su fin justifica los medios, como la equivocada interpretación que los príncipes dieron a Maquiavelo, por tanto, con qué fuerza moral y de consenso pretenden consolidar el triunfo. Hace 185 años Karl von Clausewitz, dijo algo que considero fundamental en el tiempo: “la táctica enseña el uso de las fuerzas armadas en los encuentros, y la estrategia el uso de los encuentros para alcanzar el objetivo de la guerra”.
En planificación estratégica y situacional, existe una relación impelable: viabilidad es hacer posible una idea, un proyecto; requiere de motivación, eso se traduce en unos interese comunes al colectivo pertinente, unos valores que despliegan la relaciones intrapersonales, interpersonales, intragrupales e intergrupales. Todo esto hace que Francisco Encrucijada mantenga una línea divisoria entre él y Pancho Marginal, aun a sabiendas que ambos son prácticamente analogías uno del otro.
De alguna manera si Francisco Encrucijada no logra encontrar y definir las competencias maestras, llámense éstas: aprendizaje, comunicación y enfoque; verá muy cuesta arriba que aborde las dimensiones sociales de manera eficiente, en lo personal, familiar, académico, laboral y comunitario. Atrapado como está en una tríada prácticamente indisoluble como en la novela; La guerra es la paz, la libertad es la esclavitud y la ignorancia es la fuerza.
Estamos reviviendo algo que resulta paradójico, porque vitalizamos el sentido ancestral de las tragedias griegas, mejor que cualquier otra perspectiva del teatro. La diatriba es más fuerte con el paso de los días, porque el analfabeta existencial, ya no simplemente es el idiota social, la caverna reúne nuevas categorías, todas gloriosamente amoñonadas en su pseudoconcreción o para los amigos que leen, la fecarealidad con olor a champa fétida.
La “ingenuidad” de Bodoque frente al sagaz Don Gato, los distancia en mundos paralelos, Don Gato no sospecha ni remotamente que Benito, simplemente es más peligroso que el inspector Matute y que él “jefe de la pandilla” no equipara con Demóstenes por ejemplo. Como dijera Cucho a Matute en uno de los capítulos de la serie: “¿A dónde vas, caminante del Mayab? En otros términos, del callejón con poca gente. Es casi un axioma que el líder tenga a su alrededor unos fantasmas gelatinosos que son su ojos y su extensión corpórea; lo cual ocurre por defecto más que por mímesis. Es útil un cóndor que vuele alto para que vea en distancia algún enemigo al acecho, lastimosamente en las sombras muchas cosas varían, quedando la comunicación a expensas de un mensajero poco confiable, no para él o el líder, pero si para los actores que son parte del metajuego.
En este juego no hay inocentes ni neutrales, todos ordenan su ataque de manera sistemática. Todos asumen que lo están haciendo “bien”, aunque casi siempre pasa lo que alude Huidobro:
EL ESPEJO DE AGUA
(1916)
Que el verso sea como una llave Que abra mil puertas. Una hoja cae; algo pasa volando; Cuanto miren los ojos creado sea, Y el alma del oyente quede temblando.
Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; El adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios. El músculo cuelga, Como recuerdo, en los museos; Más no por eso tenemos menos fuerza: El vigor verdadero Reside en la cabeza.
Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas! Hacedla florecer en el poema; Sólo para nosotros Viven todas las cosas bajo el Sol.
El Poeta es un pequeño Dios.
Lo único que permite sostener su presencia sobre la línea del tiempo, es una existencia apegada a cosas realmente generadoras de impulsos que definan el destino de los pueblos, bajo una visión menos caprichosa y plenamente libre de apegos, como el canto de los pájaros que es libre. Nuestro derecho como seres pensantes, es no morir en el intento de graduarnos de personas, para disfrutar las riquezas de una tierra de gracia, para todos los que han usufructuado, manipulado y saqueado lo único inmortal de este suelo: su gente.
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